Visitando la casa de mi abuela, nos pusimos a cachuriar con mi tío Pablo, de ahí que llegamos a una pila de madera destinada para hacer fuego, de ahí rescaté un trozo de tablón.
Sin decirle que haría, me la llevé a casa. Ahí saqué dos cortes de 2 cm de espesor cada uno, en donde el tablón mostró una preciosa veta.
Los pegué con cola fría, para luego cortarla en dos de sus costados para unir madera de otro color
Luego los sargentos hacen su trabajo
Aquí el producto final, ahora solo resta lavarla bien y sellarla con aceite.
Este trabajo me tomó 1 hora aproximadamente y la cara de felicidad de mi tío no tiene precio
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